Cosas que no me gustaría olvidar (II)

En el afán de no olvidarme de determinadas producciones, esta es la continuación de lo comenzado hace unas semanas con algo aun mas significativo, nuestra primera producción.

Corría el año 1986, los pases de modelos de las boutiques de moda se realizaban en las discotecas, el Corte Ingles y Galerías Preciados lo hacían entre el Salón Palmeras del Hotel Santa Catalina y sus respectivos centros. En aquella época no existían centros comerciales y las zonas comerciales de la ciudad se distribuían entre Triana y Mesa y Lopez, también por aquellos años empezaban a destacar determinados diseñadores y empresas que comenzaban a fabricar sus primeros diseños en las islas, como es el caso de Lentini, en lo que hoy es el Cuasquias habían montado su tienda, oficinas y talleres.

Manoly D´acosta que tenia la agencia de modelos Dayas junto con Cristina Pulido, que aun no había montado su conocida agencia Servipublic y un servidor nos embarcamos en un proyecto llamado «La Gira de la Moda» del cual se realizaron dos ediciones.

En la primera edición contamos con el patrocinio de la firma de tabacos WEST, la cual se encargo a través de su agencia de publicidad «Atlantis Las Palmas» de la creación de las invitaciones, flyers y cartelería. Su ejecutivo Adrian Palacín y el creativo Carlos el cual dibujo a mano la portada con la cual pueden deleitarse y reirse un rato con sus detalles.

 

 

 

El primer casting se realizó en el disco pub Cuperón, gracias a su propietario Juan Davidson el cual también gestionaba una de las salas donde realizamos «La Gira de la Moda«. Se presentaron mas de cien personas de los cuales se eligieron solo 15.

En la segunda edición contamos con el patrocinio de Gallaguer Canarias con su marca SILK CUT, el cual no solo mejoró la anterior edición, si no aportó dos jaguar XLS descapotables que se aparcaban en la puerta de las salas donde realizábamos la Gira de la Moda. En esta segunda edición llegamos a 10 salas y se implicaron mas diseñadores y boutiques de la isla.

Quizás este fue el verdadero comienzo de lo que llamamos hoy en día «Moda Calida» una apuesta decisiva por los diseñadores de la isla y su reconocimiento social.

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